lunes, 12 de septiembre de 2011

LA FORMACIÓN HUMANA DEL SACERDOTE




La formación espiritual supone y exige la formación humana del futuro sacerdote, es decir, que la formación del hombre debe ir al mismo paso que la del cristiano y futuro sacerdote, con el fin de que las facultades naturales estén  auxiliadas por la oración, por la gracia de los sacramentos y por el influjo de las virtudes sobrenaturales.

Pero la formación humana no solo ayudará en bien del formando, sino que también influirá en su futuro ministerio. Su madurez humana, su equilibrio psicológico, la firmeza de su voluntad, etc., condicionaran notablemente para  la eficacia de su apostolado. De ahí que el modo de pensar del sacerdote, su actuación, su presentación personal, en una palabra su configuración humana y social abre las puertas del dialogo de la confianza y de la amistad.

El objetivo central de la formación humana del seminario es fomentar su madurez humana,  para ello, se requiere un desarrollo íntegro, armónico y jerarquizado de todos los componentes de la personalidad.

También,  parece esencial la dimensión moral del individuo que es la que define al ser humano como bueno o malo en cuanto tal. Esto entraría sobre todo la formación de la conciencia según los principios éticos de la recta razón. Implica a si mismo la vivencia de las virtudes morales.

Por ultimo, se requiere también la adquisición de todas aquellas virtudes humanas y sociales que favorecen el encuentro con los demás y potencian la eficacia de la acción pastoral en el ambiente social en que se desarrolla.


Seminarista: José Alexander López. 

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